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El camino hacia la inclusión financiera.
Lucas Mayorca, Product Manager de Wenance,
nos comparte su visión sobre el aporte de las fintech respecto a la inclusión financiera en nuestro país.
El crédito online y la explosión de tarjetas prepagas han creado gran conciencia del valor de la facilidad y transparencia del manejo del dinero. Inmediatamente se sumaron plataformas y bancos digitales para que las personas vuelvan a tener el control de su dinero.
Miren hasta donde la “burocracia bancaria” ha llegado: ¡Nos parece útil poner la plata en una tarjeta prepaga para tener la seguridad de que no nos van a cobrar de más y que vamos a tener la información detallada de los que nos están cobrando!
¿Qué tanto más útil sería si las recargas recurrentes en una tarjeta prepaga realizadas con el ingreso informal sirvieran para construir el comportamiento y permitir el acceso a una tarjeta de crédito de bajo límite? Esto abriría un mundo de posibilidades; de derechos como poder comprar y pagar recién a fin de mes o en cuotas; y de obligaciones, pagar y ser protagonista de la construcción del historial crediticio, previamente nulo.
Esto desembocaría en la posibilidad de acceder escalonadamente a diferentes tipos de préstamos para cubrir necesidades: poder cubrir alguna urgencia con un préstamo personal, solicitar un prendario para el primer auto (y quizás acceder a poder trabajar como Uber) y hasta solicitar uno de mayor monto para refaccionar la casa o comprar una nueva.
También, mediante préstamos dirigidos, poder otorgar crédito de forma personalizada según la necesidad de la compra. Todos sabemos que la probabilidad de pago de un crédito de una moto es mayor que la de un teléfono celular, ajustando el pricing de cada uno y no compensando uno con el otro.
Todo esto, ¿Lo pueden hacer los bancos? Claro que lo pueden hacer, pero tienen que estar dispuestos a hacerlo, a enfocarse y trabajar en la optimización de procesos y tener una mirada de life value de cada cliente considerando el largo plazo.
En un país donde el corto plazo manda, pedirles a los bancos una visión a largo plazo con una estructura de costos sobre exigida por un modelo de costos fijos altos (agravado por la sindicalización y constante incertidumbre jurídica) echarles la culpa no hace mucho sentido.
La tecnología y el contexto actual conforman un entorno de oportunidades para un desafiante ecosistema Fintech.
Bancos y Fintech tienen que dejar de verse como enemigos los unos a los otros y pensar que el negocio de uno no va a crecer a costa de robarse market share, sino de expandir el mercado y lograr atender a esos 14 millones de argentinos no bancarizados.
Es cierto que las necesidades financieras primarias son la caja de ahorro, la tarjeta de débito y crédito y préstamos. Pero expandir las fronteras significa darle la posibilidad a un gran grupo de argentinos de acceder a dichos productos y que además, puedan acceder con la misma facilidad a realizar inversiones en cualquier parte del mundo, contratar seguros en función del riesgo de cada persona, financiar un proyecto y ser parte del mismo desde el lugar que uno quiera, y demás servicios que puedan surgir de acá en adelante.
No necesariamente una sola empresa tiene que ofrecer todo, sino acá es donde la cooperación tiene que ser un factor clave como facilitadora de la integración entre empresas.
En resumen,
Fintechs y bancos digitales tienen una ventaja, por ya haber roto la inercia y haber dado un primer paso para simplificar y agilizar la relación de las personas con sus finanzas, mediante procesos eficientes que aporten valor y generen confianza. El ecosistema está en pleno crecimiento. Pero aún falta, un player haga un all in y vaya por una inclusión financiera de punta a punta.
El esfuerzo y el trabajo es grande, pero hay 14 MM de argentinos esperándolo!
Fuentes:
- Reporte de Uso de Tarjetas de Crédito, Estudio Paredes, 2018.
- Consultora Up-Voices.
- Informe del Banco Mundial
Lucas Mayorca
Wenance, Product Manager